jueves, 6 de diciembre de 2012

Nuevos tiempos, mismos sentimientos


Al borde del fin del mundo según el calendario maya, decido retomar mi blog. Marianonieta estaba dormida en los laureles de Versailles y después de un largo silencio, ha decidido por fin darle al teclado.

Sin embargo, como en todo cuando llevas un tiempo sin aparecer, dejas de escribir y te concentras no se muy bien en qué. Entonces  te das cuenta que es el mayor error que puede cometer  cualquier amante de la escritura. De golpe te sientas en frente del ordenador y escribes veinte veces la misma frase, cuarenta la misma palabra y luego viene la puntuación... en resumen: un desastre volver a empezar, por lo tanto ¡piedad! No tengáis muy en cuenta este primer post de vuelta.



Ha transcurrido un espacio de tiempo en el que Maria Antonieta ha... ¿madurado? No sé si es la palabra adecuada, yo diría mejor que vuelve con más experiencia, dejando atrás muchas alegrías y grandes decepciones. Compensado queda. También ha empobrecido; los tiempos de opulencia han terminado, pero decide cubrirlos con la moda barroca fingiendo tener lo que ya no tiene con modelos tales como una joya XL o una americana de terciopelo con detalles dorados, ya que antes muerta que sencilla (la norma de las normas).



Esta experiencia es la que por fin puede hacer de este blog un terreno de alto nivel emocional, donde no hay lugar para la razón. El nuevo Mariantonietas pretende por fin desmelenarse, dejarse de cualquier tipo de pudor, declarar los sentimientos más profundos, las sensaciones más fuertes y las opiniones más radicales. Hablar de amor abiertamente, de sexo, de moda y de vez en cuando ensuciarlo con algún que otro post politológico.



Después de una etapa en silencio, donde los sentimientos han jugado en contra de Maria Antonieta, donde podría haber caído en el terreno del raciocinio, en dejar de ser enamoradiza, ser dura por no sufrir y mil capas protectoras más... la princesa sin cabeza sigue igual de enamorada y más emocional que nunca. Porque una vida controlada, estable y racional es equiparable  a un traje gris y una corbata mal anudada: sosa y poco atractiva. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario